A lo largo de los veintiún años de historia del concurso, el Open ha reflejado la evolución de la tecnología en la fotografía, adaptándose en cada momento a las modalidades fotográficas existentes.

​

En sus inicios, las cámaras analógicas en cámara estanca coexistieron con las cámaras analógicas anfibias.

 

Con la aparición de la fotografía digital, se añadió a la prueba una nueva categoría, inicialmente muy minoritaria.

 

La desaparición paulatina de cámaras anfibias y la popularización de la fotografía digital indujo a la organización a establecer únicamente dos categorías en el concurso: analógica y digital.

 

Sin embargo, la tecnología digital acabó desbancado en todos los ámbitos a la fotografía analógica. Un buen ejemplo fue la ausencia de laboratorios fotográficos que garantizaran el revelado de carretes en una única mañana, lo que era incompatible con los objetivos del concurso.

​

Así, la organización centró el concurso exclusivamente en la fotografía digital a partir del año 2007. Se establecieron dos categorías de participación, fotografía digital con cámara compacta y fotografía digital con cámara réflex, dando cabida a todo tipo de fotógrafos.

​

La tecnología digital en la imagen se ha visto revolucionada en la última década y el abanico de opciones fotográficas se ha multiplicado. Actualmente se siguen considerando dos categorías de participación pero se distingue entre cámaras fotográficas con objetivos intercambiables, en las que se incluyen las cámaras con espejo (réflex o DSLR) y las denominadas EVIL, mirrorless o sin espejo, y cámaras fotográficas con objetivo fijo, que incluyen las compactas, bridge y cámaras deportivas.